Sancho es un niño que llora a su madre, recién fallecida, al pie de su lecho, en la venta donde vivían.. La peste acabó con ella. Un comisario del rey Felipe II, a su paso por la venta, ve la escena y rescata al chico, que también ha pasado la peste aunque superándola, y lo deja en un orfanato religioso de Sevilla.
Al poco tiempo, y debido a la edad, el muchacho deja el orfanato y entra a servir en un hostal en condiciones esclavistas, acaba huyendo y se ve metido en un mundo donde para sobrevivir el robo en forma de hurtos es la principal actividad.
En el libro se nos muestra una Sevilla que yo definiría como "infernal", en el sentido de que si no pertenecías a una clase social pudente (nobles o comerciantes adinerados) solo te restaba que pasarlo mal. También se entra en el mundo de estas clases más privilegiadas, que poseían esclavos provinientes de las Indias y que básicamente comerciaban con materias traídas del nuevo continente o especulaban con el trigo o la venta de esclavos.
Sancho acaba en galeras,... otro infierno, una especie de condena de muerte en diferido pues nadie es capaz de resistir mucho tiempo en unas condiciones casi comparables a las granjas de animales de producción masiva: se hace lo mínimo imprescindible para que los presos puedan tener fuerza para remar pero nada más, toda su vida en el asiento que se les asigna, remar, dormir, comer,... todo allí.
En el libro se hace confluir a dos escritores aprovechando que en uno de ellos hay un vacío biográfico durante el que apenas se saben cosas: Miguel de Cervantes y William Shakespeare.
Otra característica de esta novela es la posibilidad de ampliar contenidos a través de una aplicación móvil que al leer un código en algunas páginas del libro nos lleva a explicaciones adicionales sobre la época.
PODI-.
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