ESP
-Buenos días.
-Buenos días, ¿qué desea?
-Sí,... querría presentar esta solicitud. Me han dicho que es aquí.
-Bueno, es en el piso de abajo.
-¿Abajo...? ¿cómo voy?
-Ha de bajar.
-Sí..., pero, ¿por dónde?
-Por el mismo sitio por el que ha subido, pero en vez de subir, para bajar, tiene que encarar las escaleras al revés; es decir, a cada paso que dé, debe de haber descendido un peldaño. Así, hasta llegar al piso de abajo.
-Ya... Entonces, ¿no es aquí?
-No. No es aquí.
-Pero me dijeron que era aquí.
-Le dijeron mal, entonces.
-La persona de abajo me dijo que debía de subir arriba.
-Sí claro, subir es siempre hacia arriba, ¿no?
-Pues eso es lo que he hecho: subir.
-Ya lo he visto.
-¿Entonces...?
-Entonces, ¿qué?
-Uno de los dos está equivocado.
-¿Qué dos?
-O usted o la persona de abajo.
-Desconozco las razones por las que la persona de abajo le dijo que viniera usted a arriba.
-Porque le dije que quería presentar esta solicitud.
-Ah... Pues o bien le indicó mal o bien le entendió a usted mal o bien usted le entendió a él mal.
-Era ella...
-Era ella, ¿...quién?
-La persona de abajo.
-La persona de abajo era ella... ¿y...?
-Que no era él.
-¿Quién no era él?
-La persona de abajo.
-Ya lo sé; me lo acaba usted de decir.
-Ah..., pensé que no nos estábamos entendiendo.
-Nos estamos entendiendo perfectamente, ¿no? Así pues, ¿qué opción escoge?
-¿Opción? ¿opción de qué?
-Le indicó usted mal a ella sobre lo que quería, ella le entendió mal a usted o usted le entendió mal a ella...
-¿Sobre qué?
-Sobre lo que le preguntó a ella.
-Yo le pregunté bien.
-Pues entonces le quedan dos opciones; elija.
-También puede ser que usted me entendiera mal.
-Le dije hace un momento que nos estábamos entendiendo a la perfección y usted no me objetó lo contrario, así que ¿a qué viene ahora introduciendo un elemento nuevo que ya habíamos previamente descartado?
-Perdone, no quise enredar la conversación.
-Pues está empezando a hacerlo. De momento, parece que está intentando no responderme a qué pudo fallar en la comunicación con la persona de abajo.
-Oh... lo siento, lo siento. Quizás me entendió mal, la persona de abajo.
-¿Ah, sí? ¿en qué se basa para tal afirmación?
-Pues que me indicó que viniera arriba y, al parecer, eso no es correcto.
-Pero si hubiera sido usted quien entendiera mal a la persona de abajo, el resultado sería el mismo, por lo tanto, su argumentación no va expresamente a favor de un mal entendimiento por parte de la persona de abajo.
-Quizás la persona de abajo me informó directamente mal.
-La persona de abajo no puede haberle informado mal.
-¿Porqué no?
-Oiga, esto es la Administración; ¿está poniendo usted en duda su funcionamiento?
-Pues, es una posibilidad.
-Esto no se lo consiento; aquí trabaja gente preparada. Si la persona de abajo fuera informando mal, como usted ha dicho que podría haber hecho, esto estaría lleno de gente que ha venido aquí mal dirigida y, como puede usted ver, sólo está usted.
-¿Y entonces, qué sugiere usted?
-Que usted preguntó erróneamente a la persona de abajo y la persona de abajo, dado que recibió una consulta determinada le indicó que subiera arriba pero si usted le hubiera preguntado adecuadamente, la persona de abajo le habría informado que debía quedarse en la planta de abajo.
-También podría haberme entendido mal, la persona de abajo.
-¿Otra vez con la tesis de que no se ha equivocado usted?
-¿Y porqué no puede haberse equivocado ella?
-No lo sé. Lo mejor sería que usted mismo bajara y hablara sobre la cuestión con la persona de abajo. Ha de bajar igualmente.
-¿Para qué?
-Para presentar la solicitud. Ya le dije que es abajo.
-Y... cuando esté abajo, ¿hacia dónde voy?
-Pregunte a la persona de abajo.
-Y si me dice que suba otra vez...
-Entonces, suba.
-Gracias, ha sido usted muy amable.
-De nada, aunque piense que estas dependencias cierran dentro de un minuto; no creo que le dé tiempo ni a ver a la persona de abajo. ¡Vienen ustedes tan justos de tiempo!
PODI-.
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