Biblioteca pública de Xavier Benguerel (Diputació de Barcelona),
Barcelona, 24/01/2012
Barcelona, 24/01/2012
Antonio García Olivares, investigador del Institut de Ciències del Mar, CSIC, nos habló del petróleo, la energía y las alternativas que tenemos, a nivel mundial, para sustituirlo cuando éste excasee.
El primer concepto de que nos habla es el del peak oil, que es aquel momento en que la producción de petróleo ya no puede aumentar más, los nuevos descubrimientos de yacimientos no compensan a los antiguos que van agotándose. Esto indicaría que a partir de ese momento la producción de petróleo no puede más que ir a la baja, aunque durante un tiempo aún podría satisfacer la demanda.
En unos primeros estudios se pensó que llegaríamos al peak oil hacia 2018, aproximadamente, pero actualmente se empieza a pensar que sea en 2013. A partir de entonces, aún es previsible que se hallen nuevas bolsas petrolíferas en el planeta pero éstas no compensarían el agotamiento de las explotadas anteriormente. A pesar de que se confía en encontrar más yacimientos, no se espera que ninguno de ellos pueda constituir una sorpresa por su extraordinario volumen.
Entonces, cabe esperar que en unos años la demanda no sea satisfecha por la máxima producción a la que pueda llegarse. Esto comportaría un aumento desmesurado de precios, afectando a todos los niveles de la sociedad; inicialmente transportes (mercancias y viajeros), pero posteriormente, en muy poco tiempo, al resto de la industria y aspectos sociales. Eso sería lo que se conoce como oil crash. El oil crash se prevee que ocurra hacia 2028 (ya mucho antes habrían empezado los precios energéticos una escalada sin retorno sin precedentes).
¿Alternativas? Debería poder encontrarse una energía que pudiera llegar al conjunto del planeta (como lo hace actualmente el petróleo), a un precio asequible, que garantice el suministro a largo plazo y que nos permita mantener un nivel de vida similar al actual, aunque nunca ya idéntico. Esta energía debería ser también medioambientalmente asumible, tanto en el presente como en el futuro. Ello nos lleva, en el estudio presentado por Antonio García Olivares, a las RENOVABLES, y de éstas, a la eólica y los concentradores solares (no la energía fotovoltaica, ya que es poco eficiente y no habría suficientes minerales disponibles en el planeta para su confección, hoy por hoy). El estudio que se nos presenta nos da cuenta de dónde y cuántas centrales productoras de electricidad renovable habría que instalar para abastecer a todo el planeta.
Este paso implicaría "electrificar" el planeta; todo debería depender de la electricidad (salvo excepciones puntuales) y este cambio de sistema no es fácil. Cambiar de sistema implica empezar a construir molinos eólicos, paneles solares en cantidades masivas. Bien, hagámoslo, ¿no? Pues ocurre una cosa, que todos estos "artefactos" están hechos a partir de determinadas materias primas (acero, cobre, litio, silicio, níquel,...); estas materias primas no son infinitas. En la charla, se nos explica qué cantidad de cada componente se necesitaría para saltar al nuevo sistema energético global y algo importantísimo: qué cantidad de estos elementos posee el planeta. Para las necesidades estimadas del planeta, tecnológicamente sería posible pasar del petróleo a la "energía limpia" y duradera pero hacerlo implicaría entrar en un período de "economía de guerra" durante varias décadas (toda la industria debería estar volcada en este objetivo y, lo más difícil, casi todos los paises del mundo de acuerdo en alcanzarlo y coordinados en la forma de hacerlo).
Para que los gobiernos del mundo lleguen a un punto tal que realmente se comprometan a esto, antes el planeta entero deberá sufrir crisis económico-sociales de magnitudes insospechadas. Lo peor de todo es que cuanto más tarde se inicie este cambio a gran escala peor será, porque los precios para producir todo lo necesario serán mucho mayores (la energía de que se dispondrá para hacerlo seguirá dependiendo del petróleo, el cual cada vez será más y más caro) y en esa situación social habrá que paliar otros problemas extremadamente graves y próximos como el hambre y otras necesidades sociales...
El caso es que, todas las instituciones gubernamentales obvian esta cuestión; todo el mundo parece confiar en la energía milagrosa (la fusión fría), pero parece ser que ésta no llegaría hasta dentro de unos 60-70 años; demasiado tarde. Y, ¿la nuclear? La nuclear presenta otro problema, que es la escasez de materia prima, ahora no porque no la utiliza todo el planeta pero si todos dependieran de ella, los recursos se agotarían muy brevemente, también.
Negro panorama...
PODI-.
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