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Esto ocurrió hace algunos años y quizás fue uno de los primeros hechos "casuales" que me sorprendió hasta el punto de empezar a pensar que la realidad podría estar teniendo un lado oculto y que los "flecos" de esa sombría podrían estar representados en esos hechos casuales que llegan a sorprendernos...
Esto ocurrió hace algunos años y quizás fue uno de los primeros hechos "casuales" que me sorprendió hasta el punto de empezar a pensar que la realidad podría estar teniendo un lado oculto y que los "flecos" de esa sombría podrían estar representados en esos hechos casuales que llegan a sorprendernos...
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Yo iba hacia la piscina a hacer unos "nados" (nadar un poco, vaya) y en esa época o iba en automóvil o iba en metro. Aquella mañana decidí ir en metro. Cuando estaba en el andén de la estación de Liceo, al abrirse las puertas del metro que acababa de llegar vi a una persona que era un cliente nuestro, de la oficina donde trabajaba por las tardes. No obstante, esa percepción no fue correcta ya que al instante me di cuenta de que no era esa persona; me había equivocado, simplemente le había confundido.
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Hasta aquí, una simple equivocación. Únicamente había sucedido que yo había creído ver a una persona pero en realidad no.
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Al volver de la piscina, después de hacer mis "nados", cuando el metro llegó a Liceo y éste abrió sus puertas y yo me disponía a salir del vagón, allí, en el andén, esperando a que saliéramos los de dentro, estaba la persona a la que yo creía haber visto unas horas antes y, esta vez sí, era esa persona realmente.
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Nunca antes me la había encontrado ni en el metro ni en ningún otro sitio que no fuera en mi oficina de trabajo. Me pareció sorprendente haber creido verla horas antes y encontrármela realmente horas después. ¿Porqué creí verle, si no estaba allí, precisamente el día en que iba a encontrármelo en esa misma estación de metro?
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podi-.
A mi me ha pasado a veces pensar en alguien o en algo y encontrármelo. No hay ninguna explicación, simplemente casualidad...
RispondiEliminaComo asiduo lector de este blog, encuentro a faltar de vez en cuanto un poco de sangre e higado, aunque lo de la casualidad tiene su cosa intrigante. No sera que al fin i al cabo estamos todos dando vueltas por el mismo espacio? lo raro seria encontrarse en el metro a Julio Cesar, aunque el otro dia vi a una chica clavadita a Nefertiti
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