ESP-IT
ESP La fotografía está hecha desde el tren, esta mañana, el 8 de octubre, vaya, a las 08:05. ¡Qué bien, qué lujo! Aparentemente sí, pero es que yo a esa hora debía hacer cinco minutos que tendría que haber estado en mi puesto de trabajo. Hoy he llegado dos horas más tarde, a las diez de la mañana.
Después de unos días en que me ha sido imposible tomar el autobús a las 06:12 de la mañana porque bien sea que venía lleno y no ha parado o que se nos decía que debíamos hacer 50 km. de pie (durante 48') y por autopista, ayer decidí que mi apuesta sería el tren, Rodalies Renfe R1, la línea de la costa del Maresme. El tren saldría de Calella a las 06:38 y me colocaría en la entrada del trabajo a las 08:01, según había observado un par de veces la semana pasada. Un poco justo pero aceptable (el autobús me dejaba a las 7:15, mucho antes de lo que debía entrar pero para mí aceptable, hasta que se convirtió en poco o nada fiable poder tomarlo)
Hoy era ya la apuesta definitiva por el tren (antes era autobús y algún día coche, cuando el autobús iba lleno o en función de otros factores). Salimos con unos minutos - inapreciable - de retraso. La iluminación interior iba apagándose y encendiéndose por zonas. Sin importancia, al menos para mí. En una de las primeras estaciones, por megafonía, se nos advertía de que estaríamos un momento sin luz, que no tuviéramos alarma. Pasado Caldes d'Estrac y antes de llegar a Llavaneras, el tren perdía toda su iluminación y se paraba, así dos o tres veces hasta el parón definitivo. Aún era de noche...
Estábamos en un tramo de doble vía y otros trenes nos iban pasando por la vía contraria pero en nuestro sentido; eran los que venían detrás nuestro, inicialmente. La voz que nos pidió no alarmarnos nos dijo que estaba intentando arreglar la avería, que partiríamos lo más antes posible, aunque después nos comunicó que no podía y teníamos que esperar a que viniera un técnico o mecánico, no sé. Estaba saliendo el Sol, las 08:05... yo ya tendría que estar en mi trabajo y aún estaba a unos 30 kilómetros ferroviarios. A los pocos minutos, hice la foto.
Alguien abrió una puerta y parte del pasaje decidió saltar - literalmente - a la hierba y caminar hasta la estación siguiente, Llavaneres - muy muy cerca -, en la confianza de tomar uno de esos trenes que nos estaban pasando por la otra vía. Yo no lo hice; no es fácil salir del tren sin andén, cualquier percance, ¿quién lo cubre? En todo caso el tren arrancó en unos minutos y al llegar a la estación el pasaje que "saltó" volvió a subir al mismo tren. Nos dijeron que debíamos bajar todos.
Tomamos otro tren, que continuó viaje hacia Barcelona si bien al llegar a Montgat nos dicen que no puede continuar más, tampoco este tren, y que enseguida llegaría otro por otra vía. Una multitud de gente en un andén estrecho intentando tomar el embudo que formaban las escaleras que nos llevarían a otro andén. Todos sin avanzar demasiado. El nuevo tren esperaba antes de entrar en la estación pues algunos pasajeron cruzaban las vías directamente para hacerse con el andén contrario.
Cuando llegué a dicho andén, ya había entrado "el nuevo" tren. Abarrotado, nunca mejor dicha la expresión "como una lata de sardinas". Ni en el metro en hora punta había visto tal aglomeración de personas dentro de los vagones, al menos 6 vagones. Esperé al siguiente tren, que no tardó ni un minuto en venir,... más o menos. A las diez entraba en el trabajo. Saldría del mismo a las cinco de la tarde, en vez de a las tres.
Por la tarde otra incidencia - un atropello en este caso -, otras tres horas para regresar, buscando un autobús que me reportara a casa, pues los trenes que anunciaban que llegarían hasta Mataró para luego tomar un autobús hasta Arenys, tampoco venían. A partir de mañana, coche.
Lo mejor, la templanza que observaba en la gente, ni nervios ni histerias, parece que todo el mundo está acostumbrado. No deben tener alternativa... Bueno, eso y la salida del sol.
Como experiencia lo he encontrado interesante.
---------
IT Stamattina ho preso il treno per fare il pendolare. Di solito ci mette un'ora e venti minuti dal momento che salgo alla carrozza al momento che arrivo al mio ufficio postale, le otto. Oggi ci sono arrivato alle dieci, cioè, tre ore e venti minuti.
Tutti si lamentano molto del servizio; in realtà, per me era il terzo giorno che lo usavo poiché prima facevo con l'autobus o la macchina, ma l'autobus ultimamente era pieno zeppo: o vai in piedi o semplicemente non si ferma. Oggi, il treno si è fermato per guasto. Più di un'ora fermato tra due stazioni.
Poco prima de le otto il sole è sorto; per me uno spettacolo; solo lo guardavo io. Il resto, nonostante, non erano innervositi ma non stavano per il sole.
Poi il treno ha iniziato a muoversi ma nella successiva stazione non ha potutto, poverino, più e abbiamo dovuto cambiare treno eppure dopo sei stazione,... un altro guasto! un altro nuovo treno, più ritardo...
Stasera un altro gran ritardo... tre ore per rincasare... domani si prende la macchina; speriamo per bene.
PODI-.