Tenemos unos zapatos atados... Nos los queremos quitar y para ello hemos de desatar el lazo. Habitualmente tenemos dos lazadas visibles y dos puntas de cordón también visibles.
Normalmente, lo que hago es tirar de una de las puntas haciendo que una de las lazadas vaya reduciéndose hasta desaparecer y quedar todo el "atado" suelto. No obstante, este proceso no siempre da con el resultado previsto. Solo una de las puntas encierra el éxito; si tiramos de la punta que no corresponde, se nos produce un nudo para el cual no siempre tenemos la habilidad y destreza necesaria. La posibilidad de éxito/fracaso es del 50 por ciento.
Ahora bien, existe un truquillo... Si en vez de tirar de una de las puntas del cordón lo hacemos de una de las lazadas, veremos que no siempre ocurre lo mismo: a veces, tirar de la lazada no produce nada, tan solo notamos que el conjunto se tensiona. Entonces, si tiramos de la otra lazada, veremos que una de las puntas se acorta al tiempo que vamos haciendo más grande la lazada de la cual tiramos. En ese momento dejamos la lazada y cogemos esa punta que se acortaba y tiramos de ella: los cordones se desatarán con éxito SIEMPRE sin posibilidad de anudarse.
podi-.(Aún sabiendo esto, a veces existe la tendencia de tirar de una de las puntas al azar y... ¡nudo!)